OBJETIVO
EQUIVOCADO
El nauta emprendió una excursión sideral. Empecinado en su búsqueda pretendía entrar en
esa inmensa tumba negra del cosmos. Sobrepasó su pueblo, las costas los mares y
los horizontes. Inspeccionó planetas o
piedras que giraran alrededor del
Sol o de Venus o Plutón. Tal vez
también de astros moribundos. Buscaba parecidos a seres humanos con dos brazos
y dos piernas. Cerebros más desarrollados para que nos ayuden a inventar inútiles cosas. Pero nada. Todas las naves les dijeron que no. Que el infinito está vacío de razas,
de religiones, de ideologías. Negados de memorias. En un penoso accidente sus artefactos ópticos no descendieron donde
debían hacerlo. Más cerca de lo que pensaba. Ahí en África en América en Asia en todo el planeta Tierra. ¿No era que
buscaba desventurados en este universo? Miles de ojos fijos lo miraron:
menesterosos, indigentes. Mujeres y
hombres esclavos y marginados con facciones de socorro. Todos preguntaron por
qué eran los olvidados del firmamento. Desclasados
del amor.
ALBERTO
FERNANDEZ
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