ESA RARA COSTUMBRE
El escritor teclea historias, inventa relatos imaginarios o reales. Lleva sus personajes a recorrer los
caminos de la vida. Los mata o
los revive. Se siente amo de ellos.
Termina la historia del chico
suicida que se tira del puente. “Merde,
connard”.
Abandona su
página y se detiene a evocar el cuerpo
desnudo de ella .Tras la ventana la ve bailar un
danza de amor en el jardín de las flores junto a telones de
sábanas colgadas. Ausente de música y
abundada de colores. Irrefrenables deseos impulsan al encuentro. Todo consumado
en esa rara
costumbre de amarse.
ALBERTO FERNANDEZ Furnita)
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