LOS NOVIOS
La avenida era un infierno.
Los vehículos corrían en ambos sentidos. Los coches resoplaban gases; las motos
con horrendos ruidos. María atravesará la calle cuando le dé permiso el
semáforo. De pronto se le estará
permitido. Un hombre la tomó del brazo y la
acompañó para cruzarla. Supuso que traía
flores en sus manos, un
libro bajo el brazo y una sonrisa de fauno en la
comisura de sus labios. Fueron novios hasta el comienzo de la
vereda. Viajó con
él sin apenas darse cuenta. Entonces, a paso rápido, él siguió solo su camino.
Partió presto
como el mar y los tornados. Era el adiós para siempre sin abrazos
ni besos. María sintió el abandono de las
carnes. Un efímero sueño. Un frío
aterrador inundó su cuerpo. Continuaron siendo dos: ella y la soledad.
ALBERTO FERNANDEZ(Furnita)
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