SENSACIONES
Era ya la tercera vez que se encontraban en los largos
pasillos del edificio. Charlas intrascendentes.
Las preguntas caían agotadas pero igual se intercambiaban
temas sobre sus vidas. Desde el primer
momento él pensó que ella era su destino. En el ascensor
apretaban la misma tecla del cuarto
piso. En esa minúscula eternidad y a través del gran
espejo él tocaba con la mirada la imagen
que
envolvía todas las formas
de su compañera de camino. Repetía los rojos, los azules, los negros de
sus ropas que negaban su desnudez. Se complacía con el
gesto de volcar su pelo hacia atrás. Su
perfume embriagaba el instante ascendente. Era el momento
de retirar su informe. Abrió el sobre
y leyó el resultado. Las puertas se abrieron en el 4º
piso y caminó a su lado en el corredor. Ella
siguió hablando con su verbo fácil. Él solo dijo: ES MUY
TARDE YA.
ALBERTO FERNANDEZ
(Furnita)
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